Nuestra serie favorita nos recuerda a un momento placentero y feliz en nuestras vidas.
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Volver a ver tu serie de televisión favorita es bueno

Claro, podrías ver una de las recomendaciones de serie de televisión o películas que te han dado. O puedes pasar varios minutos frente a la pantalla de la televisión buscando qué ver, para al final terminar viendo algo que ya viste antes.

Existe una razón psicológica por la que nos encanta volver nuestros shows y películas favoritos una y otra vez. El acto de “reconsumo”, puede brindar a los humanos un gran placer.

Volver a ver nuestra serie favorita es revivir una experiencia significativa

¿Cuál es la razón psicológica por la que vemos una y otra vez nuestra serie favorita?

A diferencia de los motivos de supervivencia que impulsan la psicología evolutiva, las personas que optan por repetir experiencias significativas, aunque sea una sola vez están expresando y afirmando su experiencia individual y sus significados especiales para ellos.

  • Ver un programa de televisión o una película apreciados innumerables veces a lo largo de su vida es una forma de volver a una persona feliz, reconfortado y seguro. Indicando que ese momento placentero en su vida fue significativo y le genera serotonina al revivirlo.

Muchas veces sentimos la necesidad de tener un momento que nos brinde paz. Para saber mejor quiénes somos o sentirnos más conectados con nuestro ser interior, nos vemos obligados a volver a los programas que nos dieron forma. 

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Salir con un grupo conocido de amigos o compañeros, o ir a un bar donde todo el mundo sabe tu nombre puede generar sentimientos cálidos de apego. De la misma manera que sentimos cariño por cierto lugar que visitamos a menudo cuando éramos niños. 

Curiosamente, a medida que crecemos y evolucionamos, los mismos programas que vimos en nuestra juventud pueden adquirir un significado diferente o interpretarlos con una nueva perspectiva.

El pasado tiene un lugar especial en nuestros corazones y nuestras memorias, nos remontan a momentos agradables, difíciles, tristes, eufóricos, graciosos, pero ciertamente memorables. De eso estamos hechas las personas, de recuerdos.