Bienestar

Sube tus defensas para la temporada invernal

Para fortalecer el sistema inmune y subir las defensas del organismo para prevenir el desarrollo de algunas enfermedades y ayudar al cuerpo a reaccionar a aquellas que ya se han manifestado, es importante aumentar el consumo de alimentos ricos en vitaminas y minerales, disminuir el consumo de azúcares y de alimentos industrializados que posean colorantes y conservantes.

Incluso algunos expertos recomiendan la ingesta de medicamentos o suplementos que ayuden a aumentar la inmunidad y que se consiguen fácilmente en las farmacias.

Sin embargo, mantener un estilo de vida saludable también es una de las mejores estrategias para mantener el sistema natural de defensa del organismo fuerte y eficiente.

Por esto se recomienda no fumar, comer alimentos sanos, practicar actividad física de intensidad leve a moderada regularmente, mantener el peso adecuado, dormir de 7 a 8 horas por noche, evitar el estrés y el consumo de bebidas alcohólicas en exceso.

Estos hábitos deben mantenerse de por vida, no sólo en los momentos en que la persona se encuentra enferma o en temporada invernal.

Alimentos para subir las defensas

La nutrición juega un papel importante en el funcionamiento del sistema inmune, los alimentos ricos en omega-3, selenio, zinc, probióticos, vitaminas A, C y E son los más indicados para aumentar el sistema inmune, porque favorecen la producción de las células de defensa del organismo de forma más eficiente. Algunos ejemplos son:  

  • Omega-3: sardina, salmón, arenque, atún, semillas de chía, nueces y linaza;
  • Selenio: nuez de brasil, trigo, arroz, yema de huevo, semillas de girasol, pollo, pan de forma, queso, repollo, harina de trigo;
  • Zinc: ostras, camarón, carne de vaca, pollo, pavo y de pescado, hígado, germen de trigo, granos integrales, semillas de calabaza, frutos secos (cacahuates, almendras, nuez de brasil); 
  • Vitamina C: naranja, mandarina, piña, limón, fresas, papaya, melón, mango, kiwi, brócoli, tomate, sandía, repollo, papa con cáscara; 
  • Vitamina E: semillas de girasol, avellanas, cacahuates o maní, almendras, pistachos, mango, aceite de oliva, pasta de tomate, aceite de girasol, nueces, papaya; 
  • Vitamina A: zanahoria, camote o batata, mango, espinaca, melón, remolacha, acelga, pimentón rojo, brócoli, lechuga, huevo;
  • Probióticos: yogur natural, leche fermentada tipo kéfir o yakult, para mantener la salud intestinal.